Hoy abordamos la maternidad sin filtros, esa que pocas veces se muestra y que muchas mujeres viven en silencio. La conciliación laboral, la carga mental, la presión social, la culpa materna y el impacto del embarazo en la vida profesional son solo algunos de los temas que exploramos con nuestras invitadas, Nadia Amal y Marta Espartosa, enfermeras y madres que conocen de primera mano los desafíos de la crianza.
Desde la falta de apoyo real hasta los cambios que la sociedad aún debe asumir, hablamos sin tapujos de lo que implica ser madre en un mundo que exige demasiado, pero ofrece poco. Escucha el episodio completo en Spotify y acompáñanos en esta reflexión sobre cómo podemos cambiar la percepción de la maternidad y hacerla más justa y equitativa para todas.
Conciliación laboral: el mito que nos vendieron
Uno de los grandes desafíos que enfrentan las madres es la conciliación entre la vida laboral y familiar. Aunque sobre el papel parece un derecho, en la práctica es casi imposible.
Ariane: “Seis de cada diez mujeres renuncian a su carrera profesional tras ser madres y el 70% de quienes reducen su jornada laboral son mujeres. ¿Qué nos dice esto?”
Nadia: “Que la conciliación es mentira. Nos la vendieron muy bien, pero la realidad es que sigue siendo un reto enorme. Yo trabajo de noche y, aunque pueda parecer que tengo más flexibilidad, el sueño y el descanso se sacrifican completamente. ¿Conciliación? No, renuncias.”
Marta: “Yo estoy de excedencia y cuando me reincorpore, tendré que reducir mi jornada. Al final, la mayoría de las madres terminamos sacrificando algo. O la carrera, o el descanso, o el tiempo con los hijos. Siempre hay una renuncia.”
La conciliación real necesita medidas legislativas y empresariales que se adapten a la realidad. Más permisos de maternidad y paternidad igualitarios, horarios flexibles y la posibilidad de teletrabajar en determinados sectores son algunos de los cambios urgentes que podrían aliviar esta carga.
La carga mental de las madres: un peso invisible
La carga mental es otro de los problemas que recae casi exclusivamente sobre las mujeres. La planificación de la casa, la educación de los hijos, las citas médicas, la organización del día a día… Todo esto recae en gran medida en las madres.
Ariane: “¿Sentís que la carga mental es un problema del que apenas se habla?”
Marta: “Totalmente. Aunque mi pareja es corresponsable, sigue habiendo tareas que yo llevo en mi cabeza de forma automática. Y no es solo hacer, es pensar en hacer. Organizarlo todo, anticiparse a los problemas. Es agotador.”
Nadia: “Sí, yo lo noto sobre todo en las pequeñas decisiones. Desde qué ropa llevan los niños hasta qué médico hay que pedir, qué comprar para el cole… Aunque mi pareja ayude, muchas de esas tareas ni siquiera las ve.”
Para reducir esta carga, es fundamental compartir la responsabilidad mental de la crianza y el hogar. La corresponsabilidad debe ser real, no solo en la ejecución de tareas, sino en la planificación de las mismas.

La presión social sobre la crianza
Desde el embarazo, la sociedad impone un modelo idealizado de la maternidad. Todo el mundo opina sobre cómo debemos criar a nuestros hijos, desde la alimentación hasta la educación.
Ariane: “Cuando estás embarazada, todo el mundo te pregunta cómo estás. Pero cuando nace el bebé, desapareces. Solo existe el niño.”
Nadia: “Exacto. Y además, tienes que ser feliz. No puedes estar cansada, no puedes estar triste. La sociedad espera que disfrutes cada segundo, sin darte permiso para sentirte abrumada.”
Marta: “Yo lo noto incluso en pequeños detalles. La gente te dice qué debes hacer: ‘Dale pecho, pero no demasiado tiempo’, ‘Haz colecho, pero no mucho’, ‘No lo cojas tanto en brazos’… Parece que hagas lo que hagas, siempre está mal.”
Para cambiar esta presión social, es clave normalizar todas las formas de criar. Cada familia tiene sus circunstancias y no existe un único camino correcto.
La culpa materna: una carga emocional constante
La culpa es una emoción con la que muchas madres conviven a diario. Si trabajan, sienten culpa por no estar con sus hijos. Si se quedan en casa, sienten culpa por no desarrollarse profesionalmente. Es un círculo vicioso del que es difícil salir.
Ariane: “¿Os sentís culpables en algún momento?”
Marta: “Todo el tiempo. Intento trabajarlo, pero siempre hay algo que me hace pensar que podría hacerlo mejor. Y lo peor es que muchas veces es una autoexigencia enorme que nos imponemos nosotras mismas.”
Nadia: “A mí me pasa sobre todo cuando trabajo de noche y sé que mis hijos van a dormir mal. Sé que no puedo hacer nada, pero me siento culpable igualmente.”
Combatir la culpa materna pasa por cambiar la mentalidad colectiva sobre la maternidad. No existe la madre perfecta, ni la crianza ideal. Es necesario permitirnos ser humanas y aceptar que hacemos lo mejor que podemos con las herramientas que tenemos.
¿Hacia dónde vamos? El futuro de la maternidad
El camino hacia una maternidad más justa y equitativa pasa por varios cambios estructurales:
- Permisos de maternidad y paternidad igualitarios para fomentar la corresponsabilidad.
- Flexibilidad laboral real para que las familias puedan organizarse sin que recaiga todo sobre la madre.
- Mayor apoyo social y comunitario, incluyendo redes de apoyo a la crianza y normalización de espacios familiares en el ámbito laboral.
- Cambio en la narrativa social para desterrar la idealización de la maternidad y permitir que las mujeres hablen de su experiencia sin juicios ni presiones.
Conclusión: Un cambio necesario
La maternidad es una experiencia transformadora, pero también es dura y agotadora. Romper con la imagen idílica de la madre perfecta y visibilizar sus desafíos es esencial para que las mujeres puedan vivir esta etapa con más apoyo y menos presión.
Desde Bihotz, Mujeres en Onda, seguimos impulsando estas conversaciones para construir una sociedad más justa para las madres y sus familias. Escucha el episodio completo en Spotify y únete a esta reflexión.